Nació en la pequeña villa Alemana de Eisenach, el 21 de marzo de 1685. Su
amplia formación, que no se limitó al ámbito musical, abarcó múltiples
disciplinas relacionadas con las humanidades y la religión hasta que su
hermano mayor Johann Cristoph lo introdujo en el conocimiento del arte de la
composición. Profundamente religioso, su vida se vio influida por el
ambiente luterano imperante en toda la región de Turingia, de la que era
originaria su familia.
Una vez concluidos sus estudios, el joven Bach buscó un puesto acorde con
sus condiciones. Tras intentar, con desigual resultado, acceder al cargo de
organista en varias iglesias, consiguió una plaza en la orquesta de Johann
Ernst Herzog, duque de Weimar, aristócrata apasionado por las artes
musicales.
En
1703, al frente de su recién conseguido cargo, empezó a adquirir fama y
prestigio hasta el punto de que en ese mismo año fue llamado para estrenar y
expresar su opinión sobre la calidad del gran órgano instalado en la
Neukirche de Arnstadt. Sobre este instrumento compuso en 1704 su primera
cantata Denn du wirst meine Sekte nicht in der Hölle lassen (No abandonarás
a mi secta en el infierno). La ejecución, pura y llena de sentimiento, le
valió el nombramiento de organista, puesto desde el que emprendió su
dilatada carrera.
Su
dedicación al órgano no le impidió dominar otros instrumentos con perfección
y maestría, así como ampliar sus dotes de composición. Tras dejar el amparo
del duque de Weimar, en 1717 se instaló en Kothen, donde compuso sus
primeras piezas célebres. Entre ellas destaca el primer libro de Das
Wohltemperierte Klavier (1722; El clave bien temperado). Del que se conoce
como período de Kothen datan los Brandenburgische Konzerte (Conciertos de
Brandenburgo), compuestos en el año 1721. Este mismo año contrajo por
segunda vez matrimonio, con Anna Magdalena Wilcken, tras la muerte de su
primera esposa, su prima Maria Barbara Bach.
Después de su matrimonio, abandonó Kothen sin que se conozcan los motivos,
aunque la ausencia de música religiosa en la ciudad influyó según parece de
manera definitiva en su marcha. Gracias a su fama, consiguió la plaza de
cantor de la iglesia de Santo Tomás de Leipzig.
Este cargo supuso un gran incremento de su trabajo, ya que lo obligó a
enseñar a los alumnos de la escuela de Santo Tomás y a componer una ingente
cantidad de obras para las iglesias de la escuela y para la de San Nicolás.
Los conflictos se sucedieron debido a las intromisiones a que se veía
sometido por los sucesivos directores.
La
producción musical de Bach en Leipzig, vital en la carrera del maestro, fue
muy amplia e importante. Durante los años que vivió en esta ciudad compuso
numerosos conciertos, cantatas y fugas para las iglesias, y creó dos de sus
más célebres obras: la Johannespassion (1723; Pasión según san Juan) y la
Matthaeuspassion (1729; Pasión según san Mateo). De esta etapa data asimismo
la impresionante Misa en si bemol menor (1733-1738), que constituye una de
las cumbres de la música religiosa de todos los tiempos.
Durante el período de Leipzig, que se prolongaría hasta su muerte, Bach
desplegó una actividad abrumadora como director del Collegium Musicum, cargo
que ocupó hasta 1736, como organista y como compositor. En 1747 visitó
Potsdam invitado por el rey Federico II el Grande. Las improvisaciones que
realizara ante el soberano sirvieron como base para otra de sus magnas
creaciones, Das Musikalisches Opfer (1747; La ofrenda musical). Consagró sus
últimos años a la composición de corales para órgano y a la elaboración de
un célebre paradigma de técnica compositiva, Die Kunst der Fuge (1748-1750;
El arte de la fuga), que quedó incompleto.
Enfermo durante sus últimos años y prácticamente ciego, Johann Sebastian
Bach falleció en Leipzig el 28 de julio de 1750. |